EL VIRUS SOMOS NOSOTROS

Sí, mijo, hemos conocido al enemigo, y somos nosotros.              (De la tira cómica, Pogo, por Walt Kelly)

Pérdóname, Sr. Kelly, por parafrasear su cita famosa así: Sí, mijo, hemos conocido al virus, y somos nosotros.

Con agradecimiento a mi amiga Marcela por plantar esta idea en mi cabeza:

Es cada vez más común hablar de nuestro planeta como un organismo vivo, y de todos los especies de animales que han habitado la Tierra desde el principio, nosotros, los seres humanos, somos el único especie con la capacidad de cambiar su ambiente e impactar directamente su bienestar.

Cuando, al principio, había dos de nosotros, quienes carecían de todo conocimiento con excepción del reconocer el bien y el mal, el planeta fue protegido contra nuestra eventual inteligencia egoísta y peligrosa.

Al puro comienzo éramos una mujer y un hombre, pero durante relativamente pocos milenios habíamos reproducido explosivamente hasta que hoy día somos aproximadamente ocho mil millones de seres humanos. Esta cifra representa una expansión de 2 elevado a 33 para quiénes les gusta saber una medida entendible de nuestro crecimiento.

Con este crecimiento hemos podido dominar al fuego, sembrar cosechas, criar cada vez más animales que nos sirven y que comemos, pescar con exceso en los lagos, ríos, y mares; descubrir combustibles fósiles que nos permiten vivir en áreas anteriormente inhóspitas y darnos la capacidad de viajar a casi toda la superficie del planeta.

Hemos cavado y explotado Tierra adentro para minar metales y joyas preciosas y desde luego petróleo y gas. Después, aprendimos a desencadenar la potencia nuclear para poseer las fuerzas más destructivas que el planeta nunca antes había experimentado. Las religiones y naciones que habitan la Tierra nunca han aprendido vivir en paz, y es solo cuestión de tiempo antes de que estas fuerzas tan devastadoras son locamente usadas en una guerra donde el ganador pierde todo.

La temperatura de nuestra Tierra está subiendo debido a nuestra presencia, una fiebre que causa incendios, intensifica el poder de los huracanes, derrite nuestros glaciares y desborda nuestros mares. 

A estas alturas, todos nosotros—los ocho mil millones—hemos llegado a ser el virus, y este virus está causando daños muy graves al organismo que habitamos.

Mientras tratamos de determinar de dónde viene este virus COVID-19 y cuál es su propósito, acaso éste sea un ejército de anticuerpos cuyos propósitos son disminuir nuestra población e infundir en los que siguen vivos una reverencia al único organismo que nos soporta.